viernes, 11 de marzo de 2011

Heraldos de la Luz: ¡Temblarán el Cielo y el Infierno!

Una Lolita, un scene y un “ligoncetus tipicallis” son los tres elegidos que decidirán el final de la batalla entre el Bien y el Mal que se viene gestando entre el cielo y el infierno desde tiempos inmemoriales. Que el Elohim y las hordas del Abismo se vayan preparando…

Tanya, Mauro y Erick tienen que hacer frente a un destino de lo más inesperado: no son humanos normales y corrientes. Sin saberlo, en su interior duerme el poder de un ángel, y llegado el momento esto les va a acarrear muchos problemas. Los demonios no van a dejarlos en paz, y menos si son los que pueden decantar la balanza a favor al cielo. Por suerte, Séfora, un ángel muy particular amante del tabaco y la cerveza, estará ahí para echar una mano.

Este libro me ha gustado mucho tanto por su forma como por su contenido. La manera de narrar de Víctor Conde es clara, breve y concisa. Tiene un excelente dominio del idioma, por lo que utiliza palabras muy precisas, y su ritmo es ágil y dinámico, te metes en el curso de la acción desde el primer momento y después, la corriente, simplemente fluye. Las descripciones, a su vez, nos llevan a lugares reales o ficticios que no nos dejaran indiferentes, con imágenes que golpean con fuerza y sorprenden por su nitidez. En serio, me han dado ganas de visitar las Islas Cícladas e ir a Santorini. Eso sí, aunque me desviara del camino para ver más Grecia, nada de hacer el friki en el paso de las Termópilas. También tenemos una buena vista del cielo y el infierno, eso sí, con borrón y cuenta nueva. Inesperado, cuanto mínimo, lo que encontramos arriba y abajo. El autor le da un buen repaso a la mitología cristiana y nos presenta una nueva visión de estos dos lugares que tanto han dado para hablar. Intentad imaginaros algo distinto… ¿sí? Dudo que hayáis acertado. Ya os digo que es una gran sorpresa.

Otro punto a su favor: los personajes. Bien definidos y distintos entre sí, ¡tenemos un grupo de lo más pintoresco! Nunca sabes con quién vas a tener que unir fuerzas para salvar el mundo. El tema de las tribus urbanas está bien presente, cosa que le da un toque especial al libro.

Tenemos a Tanya, una Lolita dulce con carácter que no dudará en defender el estilo de vida que lleva sea quién sea el que se sienta ofendido por sus vestidos (la escena con el director de su instituto no tiene precio). Luego Mauro, un scene que me causó una honda impresión. Desconocía la existencia de esta tribu urbana, y es algo que me ha puesto los pelos de punta. Lo que le pasa a estos chicos es algo muy serio, y no algo a tomarse en broma. Pobre Mauro. Erick, por otra parte, es el típico ligón que no puede evitar desplegar sus encantos en cuanto ve una fémina. Aunque no pertenece a una tribu urbana “oficial” sigue un patrón que seguro que nos hemos encontrado más de una vez. Pero en fin, como es un patrón que se considera “normal” ni se señala ni se mira de malos modos como el resto de etiquetas. Resulta gracioso ver como Erick se considera el “normal”. Por suerte no es mal tipo y sus bromas relajan la tensión de la situación, sólo le pierden las hormonas un poco. Bastante.

Por último, Séfora, un ángel bien intencionado bastante peculiar, como he dicho antes. Humana antes que ángel, difiere de otros ángeles que me resultaron más fríos, tal vez porque a fin de cuentas, no son ni han sido humanos. Tratándose de otra especie, no puedes esperar que reaccionen igual ni que tengan las mismas prioridades. Eso sí, no creía que un ángel podía coger vicios. Otra escena muy curiosa es cuando se palpa el traje y se da cuenta de que no le queda ni una cajetilla.

Resumiendo, Heraldos de la Luz es un libro muy recomendable. Si tuviera que decir algo que estuviera más flojo, tal vez que ciertos problemas internos de los personajes se resuelven muy rápidamente en la obra, pero esto lo digo con muchas reservas. Los personajes tienen una buena historia a sus espaldas, y dichos problemas no se fraguaron en un día. Las experiencias que viven durante el libro tampoco son muy corrientes y sí podrían dar este resultado, así que esto último podría tener un pero muy largo. Aunque sea importante el desarrollo de los personajes a lo largo de la obra, no lo considero el punto central de la obra ni lo único en lo que gira la misma. Tenemos una guerra cósmica entre manos, señoras y señores, ¡no hay tiempo que perder!

Eso sí, una cosa fatal del libro. Tener que esperar al siguiente, Heraldos de la Oscuridad. Merecerá la pena la espera, pero cuando se trata de libros, mi paciencia me hace pasar malos ratos.

Antes de poner plin, hablar de la portada hecha por Rebeca Saray, ¡una joya! Sino, echad un vistazo. ¡La chica verdaderamente parece una muñeca salida de un relato del siglo XIX!:

Para mí la lectura del libro ha sido una experiencia muy grata desde el principio hasta el fin, aunque el principio no ha sido la lectura del propio libro. Tuve la oportunidad, por casualidad, de ir a la presentación del mismo en la semana gótica. Considero escuchar a los autores hablar de su propia obra como algo enriquecedor. Me pareció un hombre cercano y contundente que había trabajado para la obra a conciencia. Lo primero que hice nada más salir fue comprarlo. Por fortuna había también firma de libros, ¡qué nerviosa me puse! No tengo remedio, me gusta tanto leer que encontrarme con un escritor es una epifanía única. Menos mal que era amable.

Si decidís leer este libro, espero que lo disfrutéis tanto como yo. ¡Qué tengáis buena luna!




1 comentario:

  1. Jojojo, me alegra ver que has vuelto a las andadas, ya te creía perdida...

    El libro no lo he leído (claro que últimamente no leo nada que no sea obligatorio... ejem ¬¬') pero me has dejado con las ganas, tiene muy buena pinta y como tú dices los personajes no parecen para nada los habituales en este tipo de historias asi que lo leeré con ganas en cuanto lo pille por banda... y tenga tiempo...

    Buena luna a ti también!!

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