martes, 27 de julio de 2010

Entrevista con el vampiro

Recientemente y casi por casualidad, compré mi propio libro de "Entrevista con el vampiro". Una edición de bolsillo que al encontrármela, me dio la impresión de estar ante un libro que había sido abandonado en la esquina de la estantería, pasando inadvertido entre otros tantos, discreto y sin parecer tener ganas de llamar la atención. Y yo, que deseaba volver a tener ese libro en las manos, y esta vez que fuera mio, lo rescaté. Aquel libro se me antojó sólitario y sin vida, adquiriendo ya el color de esos libros que pasan demasiado tiempo sin leerse. sin hacer otra cosa que coger polvo. Fue algo que no pude evitar que me llamara la atención. El resto de libros tenían las páginas completamente blancas. Quería devolverle la vida a ese libro, pues da igual lo antiguo o desgastado que esté uno, siempre volverá a la vida cuando alguien haga algo tan sencillo como leer sus páginas y revivir su historia a través de la lectura.

La última vez que leí este libro fue hace varios años, y lo cierto es que eso es algo que se ha notado. No porque hubiera olvidado la trama o los personajes, sino porque yo misma he madurado desde la última vez que lo leí. No fui capaz de apreciar el libro con la misma intensidad y sensibilidad de la que he sido capaz ahora. Imagino también que ha debido influenciar el hecho de que me he llevado unas cuantas decepciones en lo que a literatura de vampiros se refiere. También he encontrado cosas buenas, no diré que no, pero definitivamente, esta era la visita a un viejo amigo que necesitaba.

Es increible la capacidad de Anne Rice para meterte de lleno en el libro. Prácticamente con la primera linea ya me tenía atrapada. "-Ya veo.-Dijo el vampiro..." Una presentación sencilla de la naturaleza del personaje, de Louis, como se sabría posteriormente, y sin embargo esa sencillez me encandiló desde el principio. La manera en que describió a Louis al encenderse las luces de la habitación, me tenían de lleno en la posición del entrevistador, lo veía hermoso, muerto y extrañamente vivo, y algo en él seducía con el encanto de una pantera recostada en la rama de un árbol, bella, grácil, inalcanzable, mortal. Relajada, y aún así, te sientes en peligro. Veía al entrevistador pequeño, asustado; y aún así fascinado. También asistí a como, poco a poco, esa criatura sobrenatural se podía llegar a presentar tan... cercana. Tan humana. Podía ver al entrevistador sentado al borde de la silla, levemente inclinado, queriendo escuchar más, queriendo desgranar el alma de ese vampiro que tenía que matar cada noche y sentía, parecía sentír más de lo que un humano podía sentir. No sólo eso. En su historia, Louis nos descubre unas ciudades vivas, con sus gentes que tanto en sus desgracias y en sus alegrías, también lo están. Todos y cada uno de ellos. Desde los esclavos de la plantación hasta los pueblerinos del centro de Europa, he visto de cerca a todos sus personajes, me he acercado a Lestat, a Claudia, a Armand, los he conocido a través de los ojos de Louis y también los he conocido en sus reacciones, sus historias, en lo que decían y en lo que callaban, y también he conocido a Louis por lo que veían ellos de él.

Sí, definitivamente no fue lo mismo que hace unos años. He comprendido mejor y por lo tanto, he disfrutado más. Ahora bien, con todo, me he tenido que llevar una sorpresa desagradable, además de ser una sorpresa que ni siquiera entiendo. En la parte dedicada a la autora, hay un comentario en el que ponen a Stephenie Meyer como la Anne Rice juvenil. ¿Cómo puede ser posible? Para empezar los vampiros son tremendamente distintos de una autora a otra, y no se trata igual el tema del vampirismo. Pero, ciertamente, lo que más me ha descolocado es que a nivel de escritura (la manera de narrar, como describen, el fondo de los personajes, la ambientación, el ritmo, lo que trasmiten...) es completamente distinta. Si quitamos el tema de los vampiros, estas dos autoras no tienen nada en común. En toda la saga crepúsculo no conseguí meterme tanto en el libro como lo hice en las primeras páginas de Entrevista con el vampiro. Me pareció una lectura rápida, algo para distraerte esos días en los que quieres desconectar con algo sencillo y en lo que no te quieres meter mucho. Por otro lado, Anne Rice escribió un libro que realmente lo viví, que me hizo reflexionar y emocionarme... ¿Stephenie Meyer Anne Rice? ¿En serio?

Si yo comparara a otra autora de vampiros con Anne Rice, creo que lo haría con Suzy McKee Charnas, autora de "El tapiz de el vampiro". Me gustaría explicar los motivos de la comparación más adelante, cuando hable de este libro. Tengo pensado hacerlo, pero antes me gustaría releerlo, para que no se me escape nada. Eso sí, debo aclarar que los vampiros no tienen nada que ver unos con otros, no es en eso en lo que se parecen. El libro está escrito con una gran calidad, y al igual que Anne Rice, consigue meterte de lleno en él, tratando también temas humanos, aunque desde luego, desde otra perspectiva. Sea como sea, es algo de lo que quiero hablar más tarde.

En fin, por esta noche me despido. Que ganas tenía de poder hablar de este libro y que agusto me he quedado.

¡Qué tengais buena luna!

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